El fin 
  
Mi corazón al fin está tranquilo, 
mi corazón, que tanto dio pelea, 
está tranquilo al fin, ya no reclama, 
cuando el horror del mundo lo doblega. 
  
No denuncia injusticias; si al filo 
del abismo, lo indebido lo tienta, 
su prístina nobleza se descama 
y muere en su atroz indiferencia. 
  
No exige para el débil paz y amor 
y ni reclama que el corrupto troca 
    el mundo –que es de todos– en su feudo. 
  
Ya ni la Verdad ama.  Sin rubor 
deja pasar la luz que lo convoca. 
Aléjense de él: ¡Apesta a muerto! 
La muerte verdadera 
        
Endurecí mis ojos para que ya no vieran 
más pobreza 
acallé mis oídos para que ya no oyera 
más dolor 
mutilé mi esperanza para que ya no hablara 
más Justicia 
emparedé mi alma para que ya no amara 
la Verdad 
y cuando así maté lo más hermoso 
me hice duro caucho 
que no sonrió, no amó, ni siquiera lloró         
mi propia muerte 
porque la merecía 
para siempre. 
Olor
 
"Hombres que me sirvieron de verano..."
Carilda Oliver Labra
  
Hombres que me sirvieron de morada:
el que siempre soñé, o me soñó, 
uno que tuvo todo y me dio nada
quien me dijo que no, o le dije no.
 
Él, que para negarme, me quería;
aquél, que todavía me reclama;
ése, que de tan suya, me hizo mía;
éste, que amo hoy y que hoy me ama.
 
Todos son míos y yo soy de todos
pues los gocé y sufrí, y aunque no quiera
su esencia está en mi alma entretejida.
 
Gracias a Ustedes, de distintos modos,
crecí en dolor y amor y cuando muera,
he de llevar,  este Olor a Vida.
Compañeros
  
A los elegidos por sí mismos 
que siguieron luchando aunque temieron 
que fueron perseguidos 
acechados 
atrapados 
desgajados 
dispersados molécula a molécula 
diluidos; 
que vuelven cada día con el aire 
que nos execran el vergonzoso miedo 
que nos insultan 
que nos enseñan 
que nos levantan 
que nos dan la gota de ira que faltaba 
que nos llenan el pecho.           
Cuando sabemos
  
Cuando sabemos 
que cerca y lejos 
una mujer, un niño, una persona 
está muriendo de hambre 
de bomba, de metralla, 
cuando alguien desgarra lentamente a un ser humano 
cuando alguien muere de una enfermedad que pudo 
ser curable 
cuando alguien es asesinado porque pescaba en propiedad 
privada 
cuando en las vueltas de la esquina un niño va feliz 
por la droga que obtuvo 
cuando los fondos del Estado se quedan en los bolsillos 
de unos pocos 
cuando los bosques mueren quemados, vendidos, regalados, 
cuando una por una las especies de la Vida se extinguen 
cuando mis manos están pequeñas e impotentes 
cuando mis manos no existen 
cuando mi voz no existe 
cuando mi puño no existe 
entonces nada soy 
pues nada estoy luchando 
contra los asesinos. 
Patria 
  
Aquí tenemos el corazón sellado a miedo y lodo. 
Con el helado espanto de res en matadero 
vemos cómo mutilan a la patria 
y asesinan sus sueños 
desde siempre 
hijo mío, desde siempre 
esta hilacha de patria que queremos 
porque nos engendró el barro de su dolor 
es la cosecha diaria del bandido 
y en las aguas sangrientas del dinero 
mueren de hambre los hijos de los hombres 
y pululan en paz los asesinos. 
  
Pequeño mío, 
pájaro florecido del dolor, 
cuando a usted le toque ser un hombre 
¿cómo será la patria? 
¿hoguera enardecida, fuego fatuo? 
¿será mejor Usted 
de lo que nosotros hemos sido?
viernes, 22 de mayo de 2009
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Wald: es un gusto encontrarte en la Revista de Norma Segades. Tengo hermosos recuerdos de nuestro encuentro en México. Ojalá que tu patria deje de ser "hoguera enardecida, fuego fatuo",para ser remanso y progreso en democracia.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi Argentina-(Lincoln. Bs. As)
Bertha Carou